La obra de la artista Kenny Duarte está plegada de una poética y lirismo que saltan desde la primera mirada, ello la distingue a la vez que identifica entre las creadoras contemporáneas que se apropian de la imagen femenina y de igual modo de las expectativas de este mundo,
para convertirlo en esencia temática creativas.
No en vano la artista refiere que lo que más le interesa es reflejar los propios estados de ánimo por los que va atravesando en el suceder de los días, para así ir realizando una especie de diario de vida solo reconocible a partir de lo que protagoniza, y por ende de los deseos que representa a manera de desahogo intimista.
Kenny es oriunda de Sonora, pero desde muy niña se estableció junto a su familia en el D.F., ciudad donde realizó estudios en Bellas Artes vinculados a diversas materias de las artes plásticas, además de que se licencia de la Carrera de Diseño en Comunicación Gráfica, lo que le facilitaría su posterior incursión en el arte. Cuenta que siempre supo que la pintura era su gran profesión, y un buen día decidió dedicarse a ella plenamente a pesar de algunos desacuerdos familiares, por lo que ya cuenta con doce años como artista profesional.
Si bien al ver las obras de esta creadora nos percatamos rápidamente que la representación física de cuerpos y rostros femeninos, puede ser lo esencial en ella; esto no es más que un pretexto o la manera de discursar acerca de lo que más le interesa: en este caso toda la sicología y estados de ánimo de la mujer, a la vez que su obra se vuelve autorreferencial porque siempre, de manera intencional o no, se le hace inevitable dejar de hablar sobre sus propias impaciencias.
Kenny además se devela como una buena dibujante con dominio de la figura humana, así como un alcance significativo en la recreación de espacios y ambientes en simbiosis con lo esencialmente humano. Sus mujeres aparecen en las grandes superficies solas, encerradas en momentos reflexivos, meditabundos o de ensoñación, en evidente estado de éxtasis o pesares. Sin embargo no importa cuál de ellos sea, porque en sus obras lo que no puede quedar ausente en lo visual es la representación de la brevedad del instante, apoyado por un espacio que alcanza protagonismo al fundirse con la figura humana.
En mi criterio otros dos aspectos aparecen atractivos en la manera en que Kenny representa sus imágenes, y lo son el que en mayor medida estas mujeres están en plena desnudez, como si no temieran descubrirse no solo a sí mismas, sino además todo lo referido al mundo interior en el que se sumergen y debaten; y por otra parte la importancia del gesto enunciativo que muchas veces aflora sugerido, apuntando siempre a una actitud de introspección. En este sentido es asimilable como un aspecto subjetivo del yo femenino que declara, palpa, sondea y rebusca en lo más inherente a la identidad de género.
La recreación de la organicidad de las líneas se muestran plenas en cada obra y con ello se ponen en función de las narraciones, están además en absoluta disposición de explicitar como en la obra de Kenny Duarte este mundo es muy importante a la vez que lo conecta en un sentido que va desde el hedonismo hasta la autorepresentación, pero lejos de una carácter opresivo que por el contrario va irrumpiendo en franca concordia con el legítimo y abierto mundo de la mujer.
Con el uso de la técnica mixta la artista enriquece la factura de las telas y maderas que utiliza como soportes, al añadir metales, arena, hilos de ixtle entre otros materiales alternativos. El uso de los tonos ocres, amarillos y azules apuntan además hacia una retórica intimista y de ensimismamiento, con lo que se repara en el universo de la sexualidad femenina con un fino erotismo que emerge de las obras a manera de sucesos dramáticos.
Kenny Duarte se concentra en el relato femenino de manera segura y convincente, aunque deja cierto suspenso para que la narración sea completada por el espectador al imaginar lo sucedido o por llegar. Lo cierto es que, como si se tratara de un espejo, entre desnudos, meditaciones y abstracciones no solo queda la artista a la vista de todos sino además cualquiera de nosotras.
* Parodiando la canción "No hago otra cosa que pensar en ti" de Juan Manuel Serrat.
Vicky James P. / Escritora y crítica de Arte (Cuba)_ 2012
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REFLEXION ASERTIVA
REFLEXION ASERTIVA
Hacia el 900 Lidius Isedemo, un todavía viejo y cansado monje de la vieja y olvidada orden de los Relunisos, un grupo de desertores de guerras varias que predicaban que el hombre debía soñar todo lo posible pues solamente si se dejaba total...mente de pensar en uno mismo había posibilidad de dejar un espacio para Dios en nuestro interior, tenía en su morral, del que nunca se despegaba, unos secretos ocultos acerca de los poderes de la unidad en la vida humana. La unidad matemática, la unidad como un todo en sí mismo, la unidad como totalidad, fin y comienzo. Comienzo, porque dada determinada cantidad de unidades, es posible representar las dimensiones de lo que nos acerca a imaginarnos cuán significativas o determinantes son las cosas que nos rodean. Por ejemplo, si Lidius, montado en ese apestoso e igualmente viejo burro que él, en el bosque de Susadia, era interceptado por varias unidades de lobos, Lidius podía saber, en función de la cantidad de unidades de aquellos, y con toda la esperanza de hombre bien creyente que era, cuántas unidades de milagro o piedad de Dios se podría requerir para tal caso. Caso para salir ileso. Caso para salir herido y vivo. Caso para morir y en cuántas unidades de tiempo medidas, justamente en ese caso, de una manera muy personal. Caso que, convertir en unidades al mundo circundante, sigue siendo una operación que encierra la neblina y el olor a hojas mojadas que tiene cualquier misterio. Misterio sería para mí cómo es posible que no pude saber de las letras de inmediato? Encerradas en ese panegírico de la perfección cuadrada, se convertían en mi espíritu en distintas unidades de ansiedad. Las obras pictóricas, de un modo u otro, siempre encierran cierto grado de misterio. Éste está dado por los aspectos obvios: las intenciones del pintor plasmadas en la manera en que se comportan las imágenes, y la forma que dialogan los colores y sus formas, con sus pasajes de luces y sombras, sumados a las distintas texturas que se configuran en ese relato pictórico, están detalladas cuidadosamente solamente en la subjetividad de ese mismo pintor. El espectador, en su anhelo de acercarse a las oportunidades poéticas que ofrece un cuadro, y aún con la honesta intención por interpretar aquellas “intenciones”, sin proponérselo, indaga por los intersticios más importantes que otorga el misterio: verse uno mismo a través de lo que ve, y ver qué hay de distinto a uno en el todo que a uno lo rodea. Esto es lo que mi ansiedad le dejo a mi espíritu recoger en uno de esos intersticios: “La belleza plena rodeada de las maneras en que la realidad se peina con el velo hipotético de las cosas que ocurren. Palabras y determinaciones de ideas, coronan, condenan, desvelan y tocan, los miedos, y hasta a esos senos de misterioso olor fresco que dejan enredarse en los juegos estéticos de pelos y letras. No esperes que la mirada de lo que ves que mis ojos alcanzan a convencerte que realmente miran…es decir, no esperes que no espere que seas el significado de lo que he pedido saber de lo que veo. Esto es la indescriptible obra de mi querida genial pintora mexicana Kenny Du-Arte.”
Tus días nacieron sin prisa en el lecho de tu hogar bajo un cúmulo de ilusiones que tu existencia les vino a dar con la seguridad salvada que te brindaba ese lugar donde jugaste, reíste y a veces también te tocó llorar
Con tu cuerpo infantil, aun vestido de primavera transformábas en un paraíso, una tarde cualquiera anhelos sin cortapisa conformaron una quimera que te exigía ir de prisa por que el mañana no espera
Tu espíritu fue creciendo hasta no caber en la casa las paredes que te protegieron ahora te causaban ansia sentías que el cálido ambiente, a tus sueños los ahogaba querías salir corriendo para no perder la templanza
El pequeño estudio de la casa fue el refugio de tu alma donde devoraste bellos libros para no perder la calma ahí comenzaron tus primeros vuelos hacia la tierra soñada hacia otros horizontes que te dieron nueva esperanza
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El cuarto triste y sombrío con esos libros amontonados se transformó en un gran castillo con salones decorados, con gracia esplendorosa bailaste ante la corte pomposa donde recitaste un verso al son de una suave música melodiosa
Muchas tardes tú leíste mil historias de ultramar de exquisitas ciudades que querías conquistar de montañas encantadas que deseabas traspasar de mujeres inmortales que se enfrentaron al mal
Continuaron muchos días que para ti fueron un deleitar las historias que aprendías no tenían sin igual a pesar del breve espacio, ante ti se abría un ancho mar y los días de enorme hastío los hiciste naufragar
Una tarde de verano sucedió un gran milagro cuando abriste un libro viejo mariposas le brotaron fue tan grande el hechizo, que de tu espalda nacieron dos hermosas alas magnas que a tu sueños se unieron
Ahí, en esas cuatro paredes aprendiste a volar y una mariposa monarca te entregó su libertad para que por esa ventana tu salieras a explorar y extendieras tus enormes alas en un vuelo sideral
Esa niña pescadora de sueños ahora es una adolecente esta vida le ha grabado unas marcas en su frente de tristezas en su alma que ahora buscará desprenderse y un gran amor supremo velará eternamente por su suerte
Desde entonces tu mirada triste desapareció las historias que absorbiste, tu noble espíritu las abrigo con tus dos esplendorosas alas la utopía se cumplió e impetuosa sales por esa ventana a los mares de ilusión.
..... Kenny Duarte asume otro tipo de riesgos. Aquí, la mujer no está parada a la intemperie, con el sol exitoso con su calor abrasador, cayendo impertinente sobre un cuerpo humano. Kenny camina por largos corredores, bordeando los límites de la paciencia en búsqueda de la perfección estética. El “nosotros” mayestático ha dejado su altar. Cruza ese corredor en aras de una iconoclasta propia. Los pronombres imaginarios con sus dimensiones cromáticas, hablan una lengua que no se ajusta a ser comprendida de inmediato. No sin tener en cuenta las peculiaridades de una sombra, de un reflejo, de las líneas de una pared, o de las humedades de un labio. Surgen intermitentes detenciones del tiempo. Detalladas perezas que son capaces de dar paz. Una fantasmagoría de objetos toman las ventajas formales del movimiento, y parecen tomar un lugar predominante en los nuevos verbos: el verbo “hoy”, el verbo “ayer”, el verbo “soy”, el verbo “busco ser”. Estamos ante una pintura, donde el mundo no se ordena bajo las singularidades de la espontaneidad epistemológica de la naturaleza. Con Kenny, la naturaleza debe ser reformulada hasta alcanzar la médula de la belleza. Y, para la artista, será la belleza la que debe hablar por las dos.
Pablo (W) Eguiluz Hernández Ross Maich ESCRITOR, POETA (Uruguay)